Como es natural, un engendro zombi, va a utilizar sus brazos para agarrar a sus presas. La fuerza que un muerto viviente ejerce en su abrazo mortal, es proporcional al tiempo que ha transcurrido desde que se ha convertido en lo que es.
Es lógico pensar que a medida que avanza el tiempo después de la metamorfosis, los brazos de un engendro tienden a pudrirse, con lo que pierden capacidad motriz, agilidad, y fuerza.
Sin embargo, nunca hay que menospreciar la capacidad de un zombie de utilizar sus brazos como arma de agarre hacia sus víctimas. Por muy avanzado que esté su estado de descomposición, lo que siempre hay que tener en cuenta es que un zombie no conoce dolor alguno, por tanto, en el supuesto de que un engendro agarre a su presa, pongamos, por la cintura, no cesará su abrazo aunque la víctima le rompa un dedo, le acuchille el antebrazo o consiga romperle una pierna con una patada, un disparo etc. Quiero recordar que la única forma de detener a un engendro es inutilizando su cerebro, pero eso lo veremos en el capítulo “Anatomía zombie – La cabeza”.
Algo que hay que tener mucho en cuenta y que la mayoría de la gente no lo hace, es el hecho de que en el brazo, más concretamente, en la punta de los dedos, existe un arma de transmisión del virus tan infalible como los dientes. Se trata de las uñas.
Se cree que un tres por ciento de las personas que se han infectado del virus zombie, lo han hecho a través de arañazos, aunque es posible que esa cifra fuera mayor, si se tiene en cuenta que después de un arañazo, suele haber un mordisco.
La infección después de una arañazo afecta al cuerpo vivo mucho más despacio que la ocasionada por un mordisco, por tanto el proceso de conversión a engendro zombie, es muy doloroso y penitente. Por ello es mas difícil de detectar, puesto que después de ser arañado, el sujeto puede presentar una conducta normal durante varios días y, por supuesto, puede esconder el arañazo mucho mejor que un mordisco, una práctica por cierto, digna de analizar dentro de la condición humana.
Dicho todo esto, lo que quiero dejar claro, es que los brazos de un zombie estarían en las primeras posiciones a la hora de decidir que partes de su cuerpo son las más peligrosas.
En un enfrentamiento directo con alguno de esos engendros, una buena forma de ganar el combate es inutilizando sus brazos, y no hay que olvidar, que a falta de una buena arma de impacto, siempre podemos arrancar un brazo de un engendro ya derrotado y hacerlo servir a modo de bate de baseball o mazo.